jueves, 7 de diciembre de 2006

Munt Gagu: Mi VeRDuGo FiNaL - JuSTiCia DiViNa

Solo nosotros seriamos capaz de salir un día de tormenta como el de esa época. Solos mi mejor amigo y yo deambulando por las calles. Buscábamos la serenidad que nada mas que las travesías vacías de nuestra corrupta sociedad deja un día tan tormentoso. A los dos nos gustaba estos días de lluvia; el sonido de cada gota golpear el suelo... pero fuimos a parar donde no debíamos.
Tan rápido como nos dimos cuenta estábamos en el acantilado y todo era perfecto. Las olas apaleaban la tierra que estaba debajo de nuestros pies. Solo fueron unos segundos los que disfrutamos de ese exalto paisaje, pues todo nuestro soporte se desvanecía. Quedamos colgados sobre una hiedra...las enredaderas que envenenaban los últimos momentos de vida y de nuestro juicio final.
-No resistirá el peso de los dos...-dijo mi mejor amigo ante de que se produjera el más incomodo silencio.
Mil pensamientos pasaron por mi mente; en uno de ellos me desprendía de mi mejor y así protegía mi vida y lograba permanecer en este cosmos. Pensé que no podía hacerlo...o más bien creí pensarlo.
Ante tan siniestro pensamiento, decidí dejar que mi mejor amigo viviera, pues por el podía dar hasta mi vida. Mientras reducía la fuerza que mis manos ejercían sobre las raíces pensaba en todos los momentos que había pasado con aquella persona.
Cuando abrí los ojos el mundo se paró de repente, miré a mi mejor amigo y le pedí perdón antes de soltar la cuchilla que sustentaba encima de mi cuello. Antes de soltarme, mi mejor amigo me dijo:
-Perdóname tu a mí- mientras arrancaba las hiedras de la que yo me sujetaba. El dolor mas amargo que sentía dentro de mí no era el de la propia muerte, sino el de ver como mi mejor amigo hizo aquello que yo no pude. El único sentimiento fue de inferioridad y decepción. Caí entre dos rocas. Había suficiente espacio entre ellas para que mi cuerpo entrara, y así lo hizo. Uno de mis brazos crujió al chocar con una de las rocas pero apenas pude sentir el dolor que ello producía. Con una sola de mis manos y mis piernas era capaz de llegar a la orilla para salvarme, pero ya no sabia si era mejor dejarse ir por la corriente hacia el edén. Entre pensamiento vi a mi mejor amigo colgado sobre aquellas raíces. Rápidamente salí del agua y me dirigí de nuevo hasta el acantilado. Una vez en frente de mi amigo lo miré y le dije:
-Espero que puedas perdonarme- dije dándome media vuelta...

Hoy en día no se que fue de mi amigo. Todo el mundo me dice lo estúpido que fui en mis actos, y que debería haberme vengado arrancando las hiedras de las que se agarraba.
-Eres mi verdugo.
-No te lo mereces.
-Espero no verte nunca mas.
Y algunas otras frases le murmuraba mientras soltaba el brazo quebrado por la gran amistad de mi vida y llorando le ayudaba a salir de aquella travesía que tomamos ese día de lluvia directa al infierno. Una vez incorporado me di media vuelta y me fui para siempre mientras me dijo sollozando:
-Gracias.


Bueno, este es mi primer post en el blog de dani/tico/wolfgang como moderador. Espero que os guste ^^.Hasta dentro de poco =P.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Sombras del Sol Naciente

Una gran multitud de guerreros nórdicos camina por un sendero que atraviesa un bosque frondoso. El primer hombre del ejército, el jefe, detiene su caballo y mirando a un arbol que tiene a su lado derecho, clava un machete cuidadosamente forjado con un lobo en la empuñadura y prosiguen con el camino. Caminan durante varias horas y el jefe vuelve a mirar hacia su derecha y para su sorpresa el machete seguía en el mismo arbol. Tras esto, manda a sus hombres a sacar las armas y éstos obedecen. De repente un extraño artilugio arrojadizo de un material parecido al bronce atravesó el cuello de uno de los guerreros. El lanzador debería ser un gran lanzador ya que el artilugio con forma de estrella de tres puntas se clavó en el único lugar donde el barbaro no tenía defensa, armadura. Los valerosos guerrero sacaron sus hachas arrojadizas y tras ver una figura moverse en el bosque, algunos intentaron alcanzarla. Pero era imposible, esa figura se movía con mucha rapidez. Los nórdicos no eran capaces de distingir ni si quiera el rostro, solo visualizaban una silueta humana en movimiento. Desde el bosque comenzaron a salir una gran cantidad de estas armas raras con forma estrellada y estos guerreros viendo la gran profesionalidad de los lanzadores cubrieron su cuellos y caras con los escudos, siendo esta su parte mas vulnerable. Fue entonces cuando salieron del bosque unos guerreros totalmente vestidos de negro con el rostro tapado con vendas del mismo color que la ropa. Estos gerreros manipulaban espadas con una ligera curvatura y por lo que se veía eran armas muy ligeras. La batalla comenzó y los guerreros del bosque eran muy ágiles pero la batalla se igualó ya que los bárbaros dominaban muy bien la lucha cuerpo a cuerpo. Hachas, escudos y espadas chocaban sin parar, convirtiendose aquello en una batalla sin fin y en un verdadero derramamiento de sangre. Uno de los guerreros de negro hizo un leve sonido y todos los agresores desaparecieron rápidamente del lugar. Ellos habian huido pero encuanto a bajas habian ganado la batalla. Es por esto que mucho de los guerreros nórdicos se preguntaron que como unos individuos tan delgados y aparentemente tan debiles, sin armaduras, ni escudos, ni ningún tipo de arma de defensa podrían haberles ganado la batalla a ellos que eran fuertes y con un gran material defensivo. Quisieron ver las caras de los que le habian ganado la batalla y tras levantar las vendas que rodeaban la cabeza de uno de ellos vieron en sus rostros unos ojos mas alargados, facciones más finas y una piel un poco más amarillenta. Se dieron cuenta de que uno de los guerreros enemigos estaba todavía vivo y le intentaron sacar la información de donde estaba la salida del bosque, este rápidamente, tras sacar una pequeña espada, también curva, de la parte trasera de su traje se la clavó en el pecho y se quitó la vida. Muriendo éste perdieron toda esperanza a salir del bosque y poco a poco, batalla tras batalla fueron muriendo. En su lecho de muerte los nórdicos aprendieron que no solo la fuerza y el valor son necesarios para ganar una batalla, la agilidad y la inteligencia también deben serlo.


FIN

martes, 28 de noviembre de 2006

Bienvenidos a mi blog

He abierto este blog recientemente, iré metiendo información poco a poco así que tengan paciencia y esperen con ansia a que meta mis entradas. Posiblemente lo primero que introduzca sea una disertación filosófica sobre la muerte.